La definición de la diabetes es la de aquella enfermedad cuya característica principal es una glucemia elevada, así que puede parecer que diabetes y glucemia alta son lo mismo.
En realidad la diabetes aparece por una deficitaria utilización de la glucemia en sangre que normalmente se presenta como hiperglucemia pero también pueden darse bajadas del azúcar, como hemos visto las dos semanas anteriores
Después de haber hablado de las hipoglucemias a alguien le puede parecer que si las hipoglucemias pueden ser tan temibles, es mejor “vivir” con los niveles de azúcar altos para no caer en el riesgo de una bajada. Pero no es así. También los niveles de azúcar por encima de los objetivos de control tiene sus complicaciones, a corto, medio y largo plazo. (os recomiendo leer el articulo siguiente del blog «reflexiones de un jedi azucarado» https://www.jediazucarado.com/miedo-hipoglucemia-hiperglucemia)
Hoy y las siguientes semanas vamos a hablar de la hiperglucemia y de sus efectos.
Las personas con diabetes pueden presentar hiperglucemias por múltiples causas. Generalmente están debidos a un aumento de la ingesta de hidratos de carbono, bien de forma transitoria o de forma continuada, un insuficiente nivel de ejercicio físico o un inadecuado tratamiento. Pero también pueden deberse a otras causas entre las que destacan las enfermedades infecciosas (por ejemplo una infección de orina) o alguna medicación (por ejemplo corticoides) tomada por otros motivos.

Las causas más frecuentes son
- Saltarse una dosis de la medicación o haberse administrado una cantidad insuficiente de insulina.
- Haber ingerido más hidratos de carbono de los recomendados en la dieta o de los que la medicación puede asimilar.
- Realizar menos actividad física de la habitual.
- Haber tratado en exceso una hipoglucemia.
- Tener estrés o una enfermedad infecciosa.
La hiperglucemia puede ser de instauración brusca, en pocas horas o días, generalmente se pasa de cifras normales a cifras altas o muy altas y puede dar lugar a lo que llamamos “complicaciones agudas de la hiperglucemia” (hablaremos de ellas la semana que viene).
También la hiperglucemia puede ser mantenida en el tiempo, con cifras menos elevadas aunque siempre por encima de niveles adecuados, y dar menos sintomas o menos intensos, pero también lleva aparejadas complicaciones que son las que llamamos “complicaciones crónicas de la diabetes” (hablaremos de ellas en semanas sucesivas).
Cada persona puede notar los síntomas de la hiperglucemia de una manera, porque además depende mucho del nivel de la glucemia en sangre, además de otros parámetros, pero muchas veces se notan los siguientes:

- aumento de la sed,
- se orina más y con mayor frecuencia,
- aumento del apetito,
- olor a acetona en el aliento,
- cansancio,
- pérdida de peso,
- visión borrosa,
- sequedad en labios y mucosas,
- náuseas y vómitos…
Estos síntomas nos indican que hay que acudir a consultar. Si tenemos un medidor de glucemia puede hacerse una determinación para comprobar la cifra. También puede ser necesario determinar la aparición de cetonas. Cuanto más intensos sean los síntomas más rápido habrá que hacer la consulta.
Cuando se instaura una descompensación diabética aparecen nauseas y vómitos, el hambre es sustituido por inapetencia y empeora la fatiga. El olor a acetona es perceptible en la orina y en el vómito.
Es una situación que requiere atención médica urgente. No hay que abandonar la medicación antidiabética, a pesar del vómito.
Si se presentan palpitaciones, respiración agitada y somnolencia, será necesario acudir de forma inmediata a urgencias o llamar a emergencias, pues puede tratarse de una complicación grave.
El tratamiento de las hiperglucemias dependerá de qué es lo que las haya causado. Si se producen de forma habitual será necesario realizar un cambio en la pauta de la medicación, la dieta o la cantidad de actividad física realizada.
Ante un aumento puntual del nivel de glucosa en sangre, las medidas a tomar dependerán de la duración y la gravedad de los síntomas así como también de la causa que la haya producido.
Consulta con el médico sobre cómo manejar el nivel de azúcar en sangre y aprende cómo los distintos tratamientos pueden ayudarte a mantener los niveles de glucosa dentro del rango objetivo. Pueden ser eficaces los siguientes tratamientos:
- Realizar actividad física.
- Toma los medicamentos como te lo hayan indicado.
- Respeta tu plan de alimentación para la diabetes.
- Controla tu nivel de azúcar en sangre.
- Ajusta tus dosis de insulina para controlar la hiperglicemia.
Si los síntomas son muy intensos o de rápida aparición y se dan las situaciones arriba comentadas, el tratamiento deberá ser en un servicio médico.
Ante cualquier duda habla con tu equipo de profesionales. Ellos te explicarán claramente lo que hacer y cuándo hacerlo.
Como conclusión diría que una de las formas de evitar las alteraciones en la cifra de azúcar en sangre es cuidar la alimentación, la actividad física, cumplir el tratamiento, aprender mucho sobre diabetes y acudir a tus profesionales de referencia cuando sea preciso. Puede haber otros factores que escapen a nuestro control, pero es conveniente actuar sobre los que sí podemos manejar.
Y tú ¿Qué opinas? Me encantará saberlo. Escríbelo más abajo o en hablamosdediabetestipo2@gmail.com.
Muchos saludos.