Estas dos semanas anteriores hemos hablado de las complicaciones agudas de la diabetes, entendiendo por agudas aquellas que se instauran con cierta rapidez y producen problemas que hay que solucionar de forma urgente.
A partir de hoy vamos a ver una serie de problemas que llamamos complicaciones crónicas de la hiperglucemia. Éstas son situaciones relacionadas con el aumento de los niveles de glucosa en sangre, aun en el caso de que no sean muy grandes, pero sí mantenidos en el tiempo. Cuanto más altos sean esos niveles de azúcar, o cuanto más tiempo se lleve con ellos, más posibilidades hay de que aparezcan estas complicaciones. También están muy relacionados con la existencia o no de otros factores como la tensión arterial elevada, el exceso de colesterol en sangre, el consumo de tabaco o el exceso de peso corporal. Su inicio es lento y pasa mucho tiempo, generalmente años, antes de que se manifiesten en diferentes síntomas.
No siempre se puede evitar su aparición pero sí es cierto que un control glucémico adecuado la retrasa y ayuda a que la aparición de los síntomas sea más lenta.

Estás complicaciones crónicas generalmente se han dividido en dos grupos, las llamadas macrovasculares, que son las que afectan a las arterias en general, produciendo enfermedad cardíaca coronaria, cerebrovascular y vascular periférica, y las microvasculares, en las que se incluyen aquellas en que están afectados los pequeños vasos del ojo ( dando lugar a la retinopatía), del riñon (nefropatía) y también la afectación de los nervios periféricos que llevan las conducciones nerviosas entre el cerebro y las distintas partes del cuerpo y que se llama neuropatía. También se ven afectadas las encías y los dientes teniendo las personas con diabetes un mayor riesgo de padecer enfermedad periodontal, así como las células cerebrales (hay estudios que relacionan diabetes y deterioro cognitivo) y así mismo problemas en la piel.
Por ultimo, hay un problema que llamamos el pie diabético, que aparecería como consecuencia de la afectación nerviosa y de los vasos sanguíneos, que es de gran importancia para las personas con diabetes y del que hablaremos también en su momento.
Estas llamadas complicaciones crónicas nos dan una visión de la importancia y la trascendencia del buen control.
Muchas veces, a las personas con diabetes no les preocupa estar por encima de cifras normales de glucemia pensando que “no pasa nada” porque se encuentran bien, no tienen síntomas, o a veces por miedo a una hipoglucemia prefieran mantenerse en cifras altas.
En otras ocasiones, se pierde la motivación o las ganas de cuidarse, en épocas más complicadas a diferentes niveles. Como decía arriba, cuanto más altos sean los niveles de glucosa en sangre y cuanto más tiempo se mantengan esos niveles altos más posibilidades de encontrarse por el camino con alguno de estos problemas.
Y qué se puede hacer…
Gran parte de la solución está en vuestras manos.
Es imprescindible mantener la glucosa en las cifras adecuadas, con la alimentación adecuada, con el ejercicio y la toma de la medicación que os haya prescrito vuestro médico, acudir periódicamente a los controles que os fije vuestro equipo sanitario y no hacer cambios sin consultar, y también mantener “a raya” los otros factores de riesgo que comentábamos arriba (tensión arterial, colesterol, tabaco…).
Es un reto.
Y tú ¿Qué opinas? Me encantará saberlo. Escríbelo más abajo o en hablamosdediabetestipo2@gmail.com.
Muchos saludos.